Todos tenemos un compañero de trabajo que parece haber descubierto el secreto para controlar el tiempo. Pensamos que simplemente no hay forma humana de poder hacer todas las cosas que él hace en un día. La única explicación lógica que encontramos es que tiene una máquina del tiempo que le permite alargar las horas en el tiempo. ¿Cierto?
Pues tal vez no. Aunque parezca tentador pensar de otra forma, todos tenemos las mismas 24 horas en el día. La cuestión es que algunas personas simplemente saben aprovechar al máximo el tiempo y sacarle todo el jugo posible.
¿Te gustaría poder realizar tantas cosas en un día como tu ultra-productivo compañero? A continuación te compartimos los secretos de algunos de los mejores líderes en el mundo, como Richard Branson y Jack Dorsey. ¡Toma nota!
- Tu correo electrónico está sobrecargado con decenas de nuevos mensajes
Cuando alguien te envía un mail recibes una pequeña dosis de dopamina; desafortunadamente, es muy corta y seguida por una sensación de hundimiento cuando descubres que es otro problema con el que debes lidiar. Al estar checando y respondiendo correos constantemente estás construyendo tu agenda alrededor de las metas de los demás, en lugar de las propias.
- Tienes muchas juntas el mismo día
En promedio, una persona asiste a 62 juntas al mes, pero en lugar de ser el medio adecuado para planear las acciones a tomar, en muchas ocasiones resulta una pérdida de tiempo al no tener un propósito claro o perder la atención de los asistentes. Para que las reuniones sean provechosas, prepara objetivos claros, asegúrate de que todos los participantes estén preparados, promueve la puntualidad, da la oportunidad de que todos hablen y modera la discusión para no perder el enfoque.
- No sabes cómo administrar el tiempo
Los principales errores que muchos cometemos son:
a) Trabajar horas extra; lo cual reduce la productividad y causa problemas de salud mentales (mayores riesgos de depresión) y físicos (dormir menos y mayor riesgo de sufrir problemas cardiovasculares).
Es mejor trabajar 40 horas a la semana con una productividad estable que 60 horas a la semana con una productividad que declina conforme pasa el tiempo.
b) Hacer muchas cosas a la vez. Lo que muchos llaman multitasking (hacer muchas cosas a la vez), es en realidad task-switching (estar cambiando entre una y otra actividad) porque no tenemos la capacidad de prestar la atención adecuada a todo.
Diversos estudios muestran que la productividad se reduce en un 40% por los bloqueos mentales que se crean cuando las personas cambian de actividades y luego regresan a ellas. La solución es hacer las cosas completas y no dejarlas a la mitad.
c) No establecer prioridades. Las personas muy exitosas son las que saben decir “no” a las actividades que generan bajos resultados. Para comenzar a hacerlo, utiliza la Ley de Pareto (el 80% de los resultados vienen del 20% de los esfuerzos); así que di “no” a muchos otros esfuerzos que serán prácticamente innecesarios.
Por otro lado, es importante aprender a manejar tu energía y no tu tiempo, ya que el número de horas en el día es fijo pero la cantidad y calidad de nuestra energía no lo es. Nuestro cuerpo funciona en ritmos de 90 minutos durante el día; esto quiere decir que cada 90 minutos tenemos un pico de energía y un gran descenso. La clave está en reconocer el propio ciclo y tomarse 20 minutos de descanso cuando la energía está decayendo, llega a su punto más bajo y comienza a crecer de nuevo.
Tomemos como ejemplo el estudio que realizó el psicólogo Anders Ericsson con violinistas. Lo que descubrió es que los mejores violinistas tenían las mismas características: practicaban en las mañanas, durante tres sesiones (cada una de 90 minutos o menos) y tomaban un descanso de 20 minutos entre cada sesión.
Para finalizar, te aconsejamos seguir los siguientes ejemplos de grandes líderes:
En resumen, no practiques el multitask, no trabajes horas extra, aprende a decir no, encuentra la actividad más importante o prioritaria, checa tu email después de haber realizado tu actividad prioritaria, administra tu energía y no tu tiempo, desarrolla una rutina en las mañanas y utilízala para conectarte contigo mismo.
Ahora que conoces los secretos de la productividad, sólo hace falta llevarlos a la acción para convertirte en un verdadero líder. Pretextos siempre habrá, pero si en verdad buscas hacer un cambio positivo en tu vida, esfuérzate por lograrlo.